21 enero 2006

El rincón del último Corsario


Su Majestad Católica D. Felipe II nombra a Alonso Quijano, D. Quijo de la Mancha protector Perpetuo de las costas de Gadira. (Cádiz)

El Hidalgo Andante, es nombrado Caballero y Guardián de los tesoros del Mar Océano.
Es mi voluntad que Alonso Quijano, bautizado por el héroe de Lepanto D. Miguel de Cervantes Saavedra como D. Quijote de la Mancha, sea nombrado Guardián real de las costas de Gadira (Cádiz) con el despacho de General perpetuo y protector de las flotas de mi Reino para limpiarlas de bandidos, protestantes, bribones, turcos e ingleses. Así mismo se le otorgará Licencia para aprehender y castigar con el Santo Oficio a quienes se aferren a mis costas cual náufragos, para saquearlas y reivindicarlas;(magna obra de mis Capitanes que luchan en los Tercios de Flande), cual nombrado Hidalgo. Rezo día y noche sin cesar a la “Santísima Madre” para que D. Quijote de la Mancha, hoy del Mar Océano, limpie las orillas de mis mares como hizo por las llanuras de la Mancha, con la misma presteza, honor y coraje hasta erradicar tanto narradores de inciertas aventuras, y haber extinguido de la faz de los caseríos y haciendas de Castilla a bribones andantes, quienes con pica, caballo y espada; más bien digo yo, con papel y pluma, inundaron de librotes como si de Troya o Flande se tratara hazañas militares que jamás existieron. Su fiereza y fidelidad así mismo, haber dado muerte a tantos andrajosos de las letras que deambulaban por los campos de la Mancha y ¡sabrá Dios! cuantas leguas anduvo con su escudero Sancho Panza, quien tengo entendido no dudó dejar mujer y hacienda por tan noble causa del caballero su señor.
Por ello mando sean dotados de los medios necesarios para cubrir tal hazaña. Sean aposentados en el Castillo de D. Julián y como baluarte de guerra y prisión, el de Santa Catalina de buen porte y rehecho. Tome nota el escribano que las armas del hidalgo deben ser de Toledo, sin influencia judía ni musulmana. No tendrán otra dotación de soldado que su sola presencia siempre unida a su fiel escudero, sin más caballerizas que caballo y burro. Para el Santo Oficio, mando sea construída una ermita al más puro estilo Gótico, cuyos servidores seran 400 dominicos. Todo hereje o bandido preso por el Teniente del rey de la Plaza, el general D. Quijote, serán juzgados y quemados por el Santo Tribunal. Ordeno que operen independiente de los Guzmanes, que bastante quehaceres tienen con las almadrabas y otras pesquerías.
Yo El Rey.

NOTA: En la sección El rincón del último Corsario me ocupare de todos aquellos asuntos que me apasionan y a los que apuntare cada uno de los cañones de mi navio...

Jesus Borrego

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