21 enero 2006

El rincon del último Corsario



El galeón 'Sussex'

Toda ley debe ser respetada por todos. Toda ley por lo tanto deberá llevarse a la práctica, con "todo el rigor impuesto en su particular texto, "por todos". Hoy he leído en la prensa local, Diario de Cádiz, un artículo relacionado con el galeón Sussex aquel que en el siglo XVII, se fue a pique llevándose consigo más de trescientas vidas y un cargamento en oro y plata que supera con creces a otros que han hecho eco en la historia. Pero la ley no consiste en decir esto o aquello es mío, ni es aconsejable al susurrar con gemidos y rabietas la digna reivindicación, cuando la realidad subyace en la "implacable ley". Aquellos que lamentablemente viajan en vagón de cola (quienes quieran entender entiendan), solventes e insolventes a la vez, trabajadores amparados por tan sonora Ley de Patrimonio, "unos con el celo profesional y las carnes abiertas, y otros por la codicia del yo, con armas ligeras defienden su reivindicación, que dicho sea de paso se encuentra a buen recaudo, o fuertemente defendida en una colina sin parangón... Acaso se han olvidado del fracaso del Proyecto Galeón (Expo 92), pues servidor no. El patético y bochornoso proyecto fue una quijotada que cuya pica el famoso hidalgo clavó en los muros del Castillo de San Sebastián perdiendo algo más de mil millones de las antiguas pesetas. Es historia caballeros lamentablemente, para la economía de entonces que regían los muy respetados hijos de aquellos o dicho de otro modo el PSOE. Había que sacar a toda costa en el plazo de dos años un galeón entero semejante y real "acto pirático". Mil millones de pesetas se perdieron. Pregunten caballeros... ¿Qué fue de ese dinero...? ¿Que pabellón izaba en popa el insignia Grassy? ¿Y los restantes? ¿No sería la Joly Roger...? El Sussex es un bolo alimenticio que se le puede atragantar a inexpertos, salvo que se le aplique la implacable Ley.

Jesús Borrego
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